El 9 de julio, según el Departamento de Justicia de EE. UU., Michael Shannon Sims, fundador de OmegaPro, y Juan Carlos Reynoso, jefe de operaciones en Latinoamérica, fueron acusados de operar un esquema internacional de inversión fraudulento de más de 650,000.000 dólares. El esquema operó desde principios de 2019, y los dos acusados prometieron falsamente a los inversores un retorno del 300% en 16 meses a través de operaciones de cambio de divisas. Se requirió a los inversores que compraran "paquetes de inversión" utilizando criptomonedas. En enero de 2023, después de que OmegaPro declarara que su red había sido hackeada, las víctimas no pudieron retirar fondos de la plataforma o de la plataforma Broker Group a la que afirmaban haber transferido los fondos, lo que resultó en pérdidas de millones de dólares. La investigación reveló que los fondos defraudados fueron transferidos a nuevas wallets y luego dispersados para ocultar la fuente de los fondos. Ambos acusados se enfrentan a dos cargos de conspiración para cometer fraude electrónico y conspiración para lavar dinero, cada uno de los cuales conlleva una pena máxima de 20 años de prisión. [Deep Tide TechFlow]
El 9 de julio, según el Departamento de Justicia de EE. UU., Michael Shannon Sims, fundador de OmegaPro, y Juan Carlos Reynoso, jefe de operaciones en Latinoamérica, fueron acusados de operar un esquema internacional de inversión fraudulento de más de 650,000.000 dólares. El esquema operó desde principios de 2019, y los dos acusados prometieron falsamente a los inversores un retorno del 300% en 16 meses a través de operaciones de cambio de divisas. Se requirió a los inversores que compraran "paquetes de inversión" utilizando criptomonedas. En enero de 2023, después de que OmegaPro declarara que su red había sido hackeada, las víctimas no pudieron retirar fondos de la plataforma o de la plataforma Broker Group a la que afirmaban haber transferido los fondos, lo que resultó en pérdidas de millones de dólares. La investigación reveló que los fondos defraudados fueron transferidos a nuevas wallets y luego dispersados para ocultar la fuente de los fondos. Ambos acusados se enfrentan a dos cargos de conspiración para cometer fraude electrónico y conspiración para lavar dinero, cada uno de los cuales conlleva una pena máxima de 20 años de prisión. [Deep Tide TechFlow]